Tomar jugos de frutas y verduras como método de sanación y depuración es una tendencia en alza. Si bien los expertos defienden el valor nutritivo de estos jugos, muchos cuestionan esta moda, que puede provocar desbalances nutricionales e incluso esconder trastornos alimentarios.
El método Gerson es un tratamiento que busca activar la capacidad natural del cuerpo de curarse a sí mismo a través del consumo de jugos de frutas y verduras crudas, idealmente orgánicas. La terapia, que incluye también la ingesta de suplementos alimenticios, fue desarrollada inicialmente por el médico alemán Max Gerson, quien buscaba una manera de paliar los efectos de las migrañas debilitantes que sufría, en la década de los 30. Luego, comenzó a usarse también como apoyo al tratamiento de enfermedades degenerativas, como la tuberculosis de la piel, la diabetes y el cáncer. Con el tiempo, esta práctica derivó en lo que hoy se conoce como jugoterapia. La terapia consiste en el consumo de zumos de frutas y verduras para ayudar al cuerpo a eliminar toxinas y también para cubrir deficiencias nutricionales.
La jugoterapia se ha masificado en la última década, particularmente en los Estados Unidos, donde los cafés y servicios a domicilio de jugos raw (crudos) viven un verdadero boom y un plan o "menú" de jugos puede costar entre US$ 50 y US$ 100 diarios. En latinoamérica, se trata de una tendencia en alza, aunque no masiva, que comenzó a cosechar adeptos hace apenas un par de años.
Sus defensores afirman que esta práctica aporta una gran abundancia de minerales y nutrientes que estimulan la actividad enzimática. Además, aseguran que la jugoterapia ayuda a limpiar el cuerpo de una gran variedad de agentes cancerígenos y contaminantes tóxicos, que consumimos y respiramos de forma cotidiana. La idea es propiciar una desintoxicación intensiva que, junto con barrer toxinas, posibilite una profunda autosanación.
Riesgos de la jugoterapia
Sin embargo, también se han escuchado llamados de alerta. Algunos expertos cuestionan la esencia misma de esta tendencia al asegurar que no existen pruebas científicas que permitan vincular el consumo de jugos con los beneficios que usualmente se asocian con este hábito. Además, existe el riesgo de que, por seguir este tipo de terapia, se dejen de lado otros alimentos, lo que podría causar algún tipo de desbalance nutricional.Muchos profesionales que trabajan con trastornos alimentarios están preocupados, pues creen que la jugoterapia puede desencadenar este tipo de trastornos en personas que ya tienen una predisposición hacia ellos. Ellas se escudarían en una supuesta intención depurativa simplemente para reducir su ingesta de comida, lo que podría desembocar en trastornos alimentarios.
Las personas con bulimia nerviosa son un grupo de riesgo. Ellas pasan frecuentemente por ciclos peligrosos de restricción, donde se privan de los alimentos, seguidos por atracones, en los que ingieren grandes cantidades de comida por períodos cortos.
Las limpiezas a base de jugos pueden promover estos ciclos, ya que involucran la eliminación de algunos grupos de alimentos y la idea de saltarse las comidas. Cada par de horas, el cuerpo necesita energía y, cuando no cuenta con la cantidad de calorías adecuada, se hace más complejo controlar el apetito y los antojos, lo que finalmente conduce a comer en exceso.
-Eric Ravussin, Ph.D
La asociación de este tipo de jugos con el concepto de "alimentación sana" es particularmente delicada: los expertos la relacionan con un trastorno conocido como ortorexia, que consiste en una excesiva fijación por comer correctamente. Al igual que la anorexia, la ortorexia es un trastorno relacionado con la restricción de alimentos, pero en este caso prima la calidad de la comida por sobre la cantidad. Aunque la idea de "alimentarse bien" puede interpretarse como un comportamiento positivo o aparentemente saludable, los expertos advierten que puede esconder problemas de salud graves. Además, la obsesión puede volverse invalidante e intervenir con la normal integración de la persona en la sociedad. Si bien el término se creó a fines de los 90 -se atribuye al médico Steven Bratman, quien usó el término por primera vez en 1997-, el concepto ha ido ganando mayor prevalencia en el último tiempo debido al crecimiento del mercado de alimentos sanos, integrales y orgánicos, y a la información dietética a menudo contradictoria que los rodea.
La doctora Trish Lieberman, directora de nutrición del Renfrew Center en Philadelphia, EE.UU., se especializa en terapia nutricional para personas con trastornos alimentarios y es una de las escépticas frente a esta tendencia. Enfatiza que si bien la noción de limpiar o desintoxicar el organismo de las toxinas puede sonar tranquilizadora, aún existen pocas pruebas científicas para apoyar esta idea. El problema, dice, es que la gente muchas veces lleva estas dietas purificantes al extremo, pasando hambre durante períodos prolongados. Esto no sería necesario, pues los alimentos vegetales contienen fitonutrientes que ayudan a reducir nuestro riesgo de cáncer de forma natural, sin tener que hacerse una desintoxicación. A su juicio, la jugoterapia puede ser particularmente peligrosa en personas con diabetes, en las que sufren trastornos de la alimentación, en niños, adolescentes, mujeres embarazadas y adultos mayores.
La jugoterapia es un tema candente en estos momentos y ha provocado un gran debate.-Dra. Trish Lieberman
Puede tratarse de una excelente manera de agregar frutas y verduras, sin duda, pero existe preocupación por quienes deciden reemplazar comidas balanceadas por estos jugos y así terminan perdiendo nutrientes esenciales como proteínas, grasas y cereales integrales, que promuevan un aumento más lento del azúcar en la sangre y ayudan a mantener la saciedad después de comer. Las grasas son esenciales para lograr que el cuerpo absorba las vitaminas A, D, E y K de las frutas y verduras, por lo que al eliminarlas puede haber una falta vitamínica.
Al separar el jugo de la pulpa, asegura, el riesgo es mayor: al hacer esto se elimina la fibra, lo que es preocupante, porque ella ayuda a reducir el riesgo de enfermedades del corazón.
Según cuenta Eric Ravussin, realizar estos regímenes durante unos 4 o 5 días para purificar el organismo, está muy de moda en Estados Unidos entre mujeres que buscan perder rápidamente de dos a cuatro kilos de peso, frecuentemente antes de alguna ocasión especial.
Lamentablemente, el anhelo de caber en un vestido para muchas compensa los dolores de cabeza y sensación de hambre que conlleva este tipo de dieta. Aunque así se pierde el exceso de agua que se acumula en el cuerpo, no se produce una pérdida permanente de grasa. Por otro lado, la limpieza de toxinas se asocia con la idea de volver a tener un pelo brillante o una piel saludable. Las mujeres se olvidan de que existen efectos secundarios, como la sensación de fatiga que se debe al bajo consumo de calorías, especialmente cuando esto se extiende en el tiempo.-Dra. Trish Lieberman
Para los especialistas, realizar ayunos con jugos sí puede ser una buena alternativa para comenzar una dieta saludable, siempre que se recurra a ellos por solo un par de días y no en forma exclusiva: lo adecuado es ir incorporando estos shots nutricionales en un plan que incluya una disminución en el consumo de grasas y azúcares refinados y un aumento de la actividad física.
Si a una persona le cuesta cumplir con las 3 a 5 frutas y verduras diarias recomendadas, le puede resultar más fácil consumirlas de forma de jugo. Sin embargo, si lo que quiere es depurar el cuerpo, se aconseja consultar un especialista en nutrición para desarrollar un plan que cumpla con las necesidades dietéticas, que varían de una persona a otra.-Dra. Trish Lieberman