Gracias a su composición y modo de acción, las algas son cada vez más importantes para la salud y el cuidado de la piel.
Pardas, rojas, verdes y azules. Las algas deben sus diferentes colores a la cantidad de luz que reciben, y todas comparten una caracterÃstica: su enorme capacidad de absorber y concentrar sales minerales, vitaminas, oligoelementos y aminoácidos. Por eso que estas plantas son cada vez más cotizadas en la industria cosmética.
Existen más de 25.000 especies de algas catalogadas, aunque sólo se aprovechan unas treinta para elaborar cremas, champúes, jabones y geles. El uso cosmético de las algas es doble: por una parte se utilizan como agentes gelificantes, espesantes y estabilizantes en la composición de los productos; y, por otra, se aprovechan sus propiedades tonificantes, regeneradoras celulares, limpiadoras, hidratantes, suavizantes y antioxidantes.
Algunas algas se utilizan para reafirmar la piel, ya que sus componentes ayudan a restablecer la red de colágeno, mejorando la elasticidad, devolviendo la firmeza y lozanÃa. Otras actúan como desintoxicantes, tienen un importante efecto antioxidante, aumentan la actividad metabólica a nivel celular y mejoran la microcirculación del cuerpo.
Además, las algas son conocidas desde la antigüedad por su capacidad lipolÃtica (eliminación de grasas) gracias a que aumentan la actividad metabólica celular. Por último, las algas del tipo Nori, actúan como un poderoso bloqueador solar.
Las algas más utilizadas en la cosmética son:
Algas verdes: Son las que están más cerca de la superficie. Poseen propiedades suavizantes, hidratantes, antiinflamatorias y relajantes. Un ejemplo: Ulva lactuca, rica en magnesio, fósforo, vitaminas A y C.
Algas pardas: Permiten la obtención de carragenatos y alginatos, que son sustancias gelatinosas que se usan como espesantes. Un ejemplo: Laminaria digitata, que es el alga más rica en yodo, elemento que interviene en la regulación de los lÃpidos. Se utiliza en tratamientos para pieles y cabellos grasos y en productos anticelulÃticos, reductores y reafirmantes.
Algas rojas: La mayorÃa de estas algas crecen en las costas tropicales o subtropicales. Algunas son de agua dulce. Un ejemplo: Palmaria palmata, rica en cloro, potasio, calcio, sodio, magnesio, fósforo, mucÃlagos y aminoácidos, por lo que tiene una acción reequilibrante, hidratante y vasodilatadora.
Microalgas: La mayorÃa de ellas unicelulares y microscópicas, con propiedades hidratantes, nutritivas y antienvejecimiento. Un ejemplo: Spirulina platense, rica en proteÃnas, minerales como el hierro y vitaminas A, B y E.