Son prácticas arraigadas que, poco a poco, deterioran la piel de la cara. Aquí, las que más se repiten.
1. Escoger los productos equivocados: Usar productos cosméticos sin considerar nuestra piel es un error grave. "Debemos considerar dos cosas principalmente: nuestro tipo de piel y qué tan sensible es ésta", explica la dermatóloga de Skinmed Claudia Ramírez. En pieles muy sensibles, por ejemplo, siempre deben aplicarse productos hipoalergénicos, libres de fragancias. También debemos considerar el tipo de clima y la estación del año, advierte la cosmetóloga Angélica Contreras.
2. Descuidar las zonas sensibles: La piel de los párpados es la más fina de toda la superficie cutánea, lo que la hace muy sensible al paso de los años, al movimiento constante (refregarse los ojos, por ejemplo) y al medio ambiente. La piel del cuello y el escote es igualmente delicada: tiene poca tolerancia al sol y a los productos potencialmente irritantes. La recomendación es usar productos especialmente formulados, no olvidarse de la limpieza y de la protección solar diarias.
3. Sol sin protección: Todavía hay quienes creen que durante los días nublados el sol no es dañino. Lo cierto es que si la exposición solar es inevitable, la única alternativa es usar protector solar de amplio espectro. Por tratarse de una piel sensible, rostro, cuello y escote deben cuidarse con SPF 50. Los factores solares con Mexoryl o Helioplex ofrecen un cuidado más duradero.
4. Mantener malos hábitos: Fumar le hace mal a nuestra piel, la mala alimentación y la falta de ejercicio también. Y si el estrés no le va bien al cutis, tampoco el trasnoche. El descanso nocturno es fundamental para prevenir el envejecimiento prematuro de la piel, "porque durante este período el organismo limita al mínimo la producción de radicales libres y, al mismo tiempo, elimina o neutraliza aquellos que se han producido", explica Angélica Contreras.
5. Dormir con la cara sucia: Si dormimos con la cara con restos de maquillaje, la piel sólo absorberá suciedad. Hay que seguir una rutina: desmaquillar; usar un limpiador en el rostro y el cuello, y retirar el producto con papel tissue o agua fría; utilizar una loción y aplicar el tratamiento nocturno con suaves masajes para facilitar su penetración. Sólo si la piel está limpia, valdrá la pena invertir dinero en cremas y sérum de noche.
6. Exceso de productos: Entre los ingredientes más riesgosos de combinar están el retinol, el ácido glicólico, la vitamina C y el peróxido de benzoílo. La recomendación es no usarlos al mismo tiempo un producto sobre el otro, sino distanciar su aplicación a lo largo del día.
7. Usar brochas y esponjas sucias: Las esponjas y brochas de maquillaje deben lavarse, porque detrás de los restos de corrector, base, rubor o sombra se esconden bacterias. Deben lavarse con un champú anti residuos por lo menos cada 20 días en invierno y diez días en verano.
8. Sobreexfoliar: Una vez por semana es suficiente. Si lo hacemos más seguido, "podríamos eliminar demasiadas células vivas, aumentando la posibilidad de dañar e irritar nuestra piel", afirma Angélica Contreras. Incluso la sobreexfoliación puede exacerbar la producción de aceite y empeorar el acné, ya que la bacteria se difunde.